Eliza
Adriana llamó a su hija Eliza, tuvo que pasar unos meses en la incubadora pero consiguió salir adelante. Adriana era por fin madre, estaba tan contenta que no se lo podía ni creer. Además recibió el premio Guinness de los Récords a la madre más vieja del mundo. Muy pronto se hicieron famosas y estaban en el centro de atención de todos los noticieros y revistas. La gente las reconocía por la calle pero no todo el mundo las miraba bien, había mucha gente que no estaba de acuerdo con lo que había hecho Adriana.

Eliza
Tenía Que Hacer Algo
Adriana y Eliza recibían todo tipo de burlas cuando iban por la calle, incluso la iglesia, donde Adriana tenía su congregación de fieles, las rechazó y se negaron a bautizar a Eliza porque decía que no era una niña natural y que era producto del mal. Adriana comenzó a preocuparse por todo este rechazo más que por ella, por Eliza, no quería que la niña sufriera ningún trauma y creciera así, así que tomó una decisión muy importante.

Tenía Que Hacer Algo