Una vida llena de obstáculos
Si bien Gabriel aparece como un chico feliz en todas sus fotografías, la vida para él no ha sido para nada fácil. Al no poseer extremidades, Gabriel siempre fue visto como alguien diferente por su entorno. En la escuela los otros niños eran crueles, se reían de él y lo amenazaban. Es por este motivo que ir a la colegio asimismo era tremendamente dificultoso. Como educando de primer año, inclusive cambió de escuela. Por lo frecuente, lloraba solitario. A excepción de embargo, sus padres perpetuamente lo alentaron a hacer lo mejor.
Luchando siempre, contra todo pronóstico
Si bien la vida le fue muy dura y llena de desafíos constantes, Gabe no tiró la toalla y estaba decidido a superar todo obstáculo. Él aprendió a hacer todo por sí mismo. Él luchó para poder leer, escribir, enviar mensajes de texto, ducharse, vestirse y hacer muchas tareas diarias sin necesitar ayuda. También aprendió con mucho esfuerzo a utilizar una silla de ruedas y cómo moverse por los sitios sin esfuerzo alguno. Increíblemente, Gabe aprendió a bailar a los 12 años.